Por: Ana Lucía Piñán Elizondo - Creadora, investigadora y docente.
Tremendo privilegio ser testigo del 4X4 TJ Night desde la periferia y desde el centro simultáneamente. Con toda mi subjetividad, mis afectos y sin haber pisado nunca Tijuana... hasta ahora. Queriendo escribir desde mí y no de mí, permitiendo que todo transite por mi cuerpo, que me atreviese de la manera que se presente. Intentando acercarme a la investigación de un fenómeno más que a un análisis y desvinculándome de la crítica.
Un fenómeno. Eso fue lo que me prometieron, lo que me invitaron a atestiguar y estoy justo frente a él. Quisiera guardarme muchas de estas palabras para la llamada “gran final”, pero sospecho que si lo hago podrían convertirse en una bola de nieve que en su acumulación desborde la capacidad de significar de las mismas. Así que dejaré que fluyan confiando en la continuidad de mi capacidad de asombro y en el talento del que me siento rodeada desde que llegué a esta ciudad.
La primera semifinal sucedió el pasado viernes 5 de abril en el Bar Margaritas Village. Y aunque para mi el viaje comenzó un par de días antes, mientras planeaba el viaje a Tijuana, también tengo plena consciencia de que en realidad, para todos los involucrados, esto que me toca vivir resulta solo la punta del iceberg. Bailarines, coreógrafos, gestores, organizadores, directores, sedes, etcétera, han trabajado durante meses (años en el caso de algunos) para que esto suceda. Así es que sí! Un fenómeno! Desde cualquiera de las acepciones de la RAE. Evidentemente resulta esa 1. “manifestación que se hace presente a la consciencia de un[os] sujeto[s] y aparece como objeto de su percepción”, como una 2. “cosa extraordinaria y sorprendente”, poblada por un montón de 4. “personas sobresalientes en su línea”. Y es que ¿quién podría poner en duda la grandeza de Lux Boreal, la compañía organizadora, y de todos los creadores e intérpretes que se dan cita desde las semifinales? ¿quién podría dejarlo pasar como 5. “objeto de la experiencia sensible (en la filosofía de Immanuel Kant)”. Final y coloquialmente, ¿quién podría negarlo como 6. “muy bueno, magnífico o sensacional”?
Lo que inició en 2008 como una invitación a la compañía hoy anfitriona, que transitó por una noche de puro talento tijuanense, que se abrió como concurso nacional en 2012, se presenta hoy como un fenómeno artístico, dancístico, cultural, de carácter internacional, que sitúa la competencia dentro de los lindes de la comunidad como acción y resistencia.
Todo bajo control. Tiempos perfectos. Logística perfecta. Complicidad perfecta. Compañía perfecta. ¡Prudencia perfecta! Y es que, a horas de comenzar la 1ª semifinal, Lux Boreal tiene tiempo de hacer la clase de Victoria Reyes con toda su potencia y de recordar coreografías de su más antiguo repertorio. Que privilegio verlos ensayar (que privilegio haberlo bailado, no puedo no aprovechar para decir gracias). Repaso de tareas. Preocupaciones porque todo salga perfecto. Por un momento me vi en un circulo de hermandad en el que lo único que hizo falta fue juntar las manos al centro y gritar “¡4X4 TJ night!”
El espacio. Descubrí que el reto espacial que genera la tarima de 4X4 pies no es solo para los participantes. Desarmarla, transportarla, armarla ya es un tema para los organizadores. Pero solo ponerla en el centro del Margaritas Village regresó todo a la perfección. Entre trabajo, movimiento de mesas, sonrisas, bromas, dirección, la calidez de todo el personal del lugar para asegurarse de que el “pre” resultara a la altura del fenómeno esperado, recordé lo que es estar en el Norte del país y como te abrazan sus tonos secos y duros.
El ensayo. Debo admitir que aún con toda la energía, el público, las luces y la emoción de la función, mi parte favorita es esta: el ensayo. Y es que aquí no veo a los personajes de las obras; aquí logro ver a los artistas, a los seres humanos... y es que con todo lo humano de la danza, a veces se olvida. Ver caras tan jóvenes volando entre los cables con lámparas del lugar, casi incrédulas de ser parte del concurso y no solo espectadores, cuerpos en diálogo con un espacio que desdobla su frente y que contrae el desplazamiento, gestos de frustración frente al más mínimo fallo por factores no contemplados como lo resbaloso de la tarima, las risas frente al reconocimiento de la desorientación, el apoyo de la familia entera que ve el ensayo de la hija entre drinks y nachos, el abrazo del novio que llega cargado con el tripie, la cámara y un abrazo justo a tiempo, leer en una camiseta la leyenda “todos los cuerpos bailan” y ver al cuerpo que la porta subirse a ese espacio a demostrar que es una filosofía de vida y no solo un slogan, saber del estrés de los que van llegando a la ciudad y se descubren atrapados por el tráfico sin saber si llegarán a su tiempo de ensayo, seguido de una energía demoledora cuando llegan finalmente al lugar ya con el vestuario puesto para ir directo a la tarima.
Rumbo a cuerpos en tránsito. En un parpadeo, el lugar ocupado solo por participantes y organizadores se llenó. Amigos, familia, alumnos, artistas, jurado, maestros... comunidad. Tal vez esto sea lo más importante de este fenómeno, la capacidad de generar comunidad, en particular en una primera semifinal en la que tres de cinco agrupaciones son tijuanenses, una más de Mexicalli y una más de Hermosillo. Nervios, nervios, nervios. “Es mucha responsabilidad” logré escuchar de boca de algún jurado, tan nerviosa como los participantes, como el público, como todos en ese lugar que mezclaba los nervios con la emoción, la expectativa, la responsabilidad... lo fenomenal! Todos a sus puestos. Henrry Torres, después de dar las llamadas tradicionales de una función, arranca con la presentación de las obras:
Sin pretender hacer juicios de valor y mucho menos estéticos (aunque no puedo dejar de sentirme más cercana de algunas propuestas que de otras), hay cosas objetivas que se pueden, desde ya, mencionar:
De La Árida Intensidad de las Ausencias, no puede dejar de maravillarme la juventud de sus intérpretes y su firmeza en escena. Movimiento tras movimiento buscaban la perfección en la ejecución de lo propuesto por José Luis Sánchez, colombiano autor de la obra y que hacia el final de la misma interviene para darle un cierre a la obra.
Con destino a... presentó a sus creadoras e intérpretes, Paulina Villalba y Mili Jiménez, desde Mexicalli, en un dueto en el que compite el humor con la precisión y el dominio del espacio. Entre las risas provocadas en los espectadores propusieron verdaderamente un viaje con destino a la reflexión.
Tierra Nueva, de Debla Norte, bajo interpretación de Antonio Cano, Lucía Aguilar y Martha Bonilla, reunieron a España y a México permitiendo que más de un duende contemporaneizara el flamenco y provocando más de un “¡Olé!”.
De Imagen y semejanza me atreveré a decir que en el título guarda su contenido. Fue un despliegue de imágenes meticulosamente buscadas, lo que parece ser ya una característica del lenguaje del creador tijuanense Gregorio Coral. La obra presentada no fue la excepción. Si bien creo que la selección de su intérprete masculino no fue del todo atinada (haciendo aquí sí un juicio, ético más que estético), también creo que la limpieza de las formas fue lograda de una manera que solo la experiencia de un coreógrafo con la experiencia de Coral puede lograr, bajo una exigencia física altísima a pesar de su ritmo pausado y apacible.
Happiest place on Earth me regresó justo a ese lugar, al de la felicidad, sin preocuparme mucho por la profundidad de su naturaleza. Pedro Núñez y Dédalo Artes Escénicas, de Hermosillo, me dejaron conocer Tijuana por unos minutos. Una realidad fronteriza tan absurda como incómoda y divertida, entre los clichés del mexicano y el visitante, entre la búsqueda y la repetición, entre la exageración y la reserva, entre el juego y la crudeza cotidiana.
Lo contemporáneo. En la claridad de la convocatoria está la claridad de la curaduría, que corrió a cargo de Ángel Arámbula, Henry Torres (Directores de Lux Boreal) y del Centro Cultural Tijuana: propuestas de danza contemporánea e interdisciplina escénica diseñadas para un espacio de 4 x 4 pies (1.20 x 1.20 metros) por 1 pie de altura (30 cm); que contemplen un público en distribución tipo arena (360 grados).
Y a partir de esto es que podemos ver que, desde la más limpia búsqueda interdisciplinaría, entendida desde el manifiesto de Nicolescu, La Árida Intensidad de las Ausencias se permite presentar una propuesta que viene del mundo del teatro a través del movimiento dancístico y viceversa: hacer danza desde una construcción teatral, según palabras de su creador.
Con destino a... olvidar lo reducido del espacio o los múltiples frentes. Las semifinales por delante tienen un gran reto por también hacer olvidar la complejidad espacial que presenta el 4X4 TJ Night después de presenciar un movimiento tan exquisitamente diseñado. Pero no se detiene aquí esta obra; en medio de la precisión y la comedia, no dejó de permear lo contemporáneo. Si la tarima en sí misma se presenta ya como un nuevo modelo de producción, la presencia de estas chicas sobre ella deja claro (sin tiempo de hacer ninguna preguntas) que lo que sucede ahí, en ese momento, es danza contemporánea, buscando la participación del público, la reflexión, haciendo uso de la cita, de la voz... Resulta una obra que amerita un análisis completo desde los postulados de más de un estudioso de la danza contemporánea.
Voltear atrás, traer lo pasado y convertirlo en presente. El hecho simple de traer un lenguaje como el flamenco, plagado de simbolismo y significado y subirlo a la tarima que delimita desde sus bases lo contemporáneo, provoca una obra que se suscribe también a esta nomenclatura y fenómeno. Tierra Nueva logra la bella tarea de transportarnos y transportar mundos. ¿importó si era un concurso, si la ejecución, si la temática...? Si hubo un momento de comunidad profunda fue creado bajo esta atmósfera bailaora. Finalmente, si como dijo Arthur Danto, “el paradigma de lo contemporáneo es el collage”, Happiest place on Earth es un digno representante de esta manoseada clasificación. Y es que, para alguien como yo, ajena a la cultura fronteriza y que pisa por primera vez la ciudad de Tijuana, resulta una clara transfiguración del lugar común: convierten una espacio de 4X4 en toda una ciudad y, al mismo tiempo, convierten los gestos cotidianos de la misma en una obra, entendida desde los conceptos de Isse Moyano como expresión simbólica, “materializando un fragmento del mundo que simboliza e implicando otro mundo completamente diferente al que encarna.” La fiesta, la consciencia, la inconsciencia, la violencia, la política, la patria... todo contenido en 4 pies cuadrados.
Lo que falta, desde lo fenomenal, resulta innombrable en este punto. Vienen talleres con Erika Méndez en una semana dedicada a compartir entre la compañía Lux Boreal, en su quehacer artístico cotidiano, y los participantes de todas las semifinales, situando la actividad dancística como punto de encuentro, donde las palabras “concurso” o “competencia” resultan pretexto para la cercanía, para el intercambio, para el conocimiento y reconocimiento del otro, para el aprendizaje ¿Los $30,000 del primer premio? Resultan solo una pequeña parte de la gran riqueza de este gran fenómeno, compuesta por una 2ª Semifinal el 9 de Abril en Rae's Concert Bar (20hrs.), una 3ª Semifinal el 11 de Abril den Marko's Disko Club Social (20hrs.) y la Gran Final, cita imperdible el 13 de Abril en El Cubo del Centro Cultural Tijuana a las 19:00hrs.
"Todas las actividades de Lux Boreal son apoyadas por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes" Imágenes: Carla Alcántara Photography
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